Mis días para superarte. Día 0: La decisión…

 

Mis días para superarte

Pensamientos de una joven cristiana enamorada de un inconverso


La decisión…

Recuerdo ese día como un día oscuro, y literalmente, las nubes estuvieron grises y el viento frio, fue el día que le dije a Francisco que ya no quería tenerlo en mi vida.

Ha pasado mucho tiempo sin vernos, pero aun manteníamos contacto, con poca frecuencia, pero el hecho de que aun fuera parte de mi vida y se apareciera de vez en cuando no me dejaba concentrar ni en Dios ni en mí, me sentía amarrada como por un lazo invisible, del que me costaba desprenderme, quizás por capricho.

Por ello después de orar por un tiempo, pidiéndole a Dios sabiduría y coraje para saber cómo alejar a este chico de mi vida, logre enviarle un mensaje diciéndole que ya no quería que fuésemos amigos, -“¿Por qué crees eso?”- me respondió, pero decidí no contestarle, esperando que ya no me volviera a buscar, sin embargo, unos días después, siendo muy tarde, me envió un emoticón sobre un estado que había puesto en mi WhatsApp, pensé que aun quería una explicación así que le dije que no creía que tenía que darle una, pero él lo tomo mal, se disgustó, creo que pensó que lo decía de forma arrogante y me dijo que no esperaba una explicación y que no debí responderle así.

No quería que las cosas terminaran así, por lo que, al día siguiente decidí darle una explicación, por un mensaje de audio, que supiera que no quise ofenderlo y que entendiera un poco mi punto, porque consideraba mejor que no fuésemos amigos, en resumen, fue algo así:

“Toda mi vida he sido cristiana y esperaba enamorarme de alguien que también lo fuese y vivir una vida normal, pero en el tiempo que te conocí, mi vida estaba pasando por problemas que me afectaron mucho, problemas que no entenderías y sin darme cuenta, empecé a sentirme atraída por ti, pero muchas chicas cristianas que conocía les había pasado lo mismo y las cosas no terminaron bien para ellas, por eso no deseaba terminar igual; luego cuando acepte mis sentimientos, me hiciste sentir como una niña tonta y aunque ya lo supere y no te guardo rencor, mantenerte en mi vida no me parece bien.”

Después de escuchar mi mensaje, me llamo, tuve dudas para contestar, pero traté de tener valor y abrí su llamada, hablamos, algunas cosas quedaron claras, otras aun confusas.

Recuerdo que me dijo que aún quería seguir en contacto, porque le parecía una chica interesante, además que, ambos éramos conscientes de la atracción que sentíamos, no solo física; él pensaba que, a pesar de ser tan distintos, convergíamos en algunas cosas, nos complementábamos en muchos aspectos, yo solo lo escuchaba, me pidió que tomara un tiempo para pensarlo bien y que apoyaría la decisión que tomara. Creo que esperaba que me tomara unos días, pero ya no quería llevar esto más lejos, esa misma tarde lo medite, ore, inclusive hable con mi mamá, me dijo también que apoyaría lo que escogiera y tome mi decisión pero no sabía cómo decírsela, no quería esperar demasiado, así que en la noche nuevamente tome valor y lo llame, le dije que me parecía mejor dejar las cosas como estaban, por un momento se quedó callado, luego respondió que no estaba de acuerdo pero como me lo había dicho me apoyaría si yo consideraba que era lo mejor, esta vez fui yo quien se quedó callada, el siguió hablando, en su discurso me hizo sentir que estaba tomando una mala decisión, se lo dije, riéndose me dijo que si era una mala decisión que me alejara de él, pero luego se puso serio y volvió a decirme que apoyaría mi decisión si lo consideraba mejor para mí. Seguimos hablando un buen rato, le dije que lo que me había dicho en la tarde, lo que pensaba, yo también lo creía, le mencioné que no estaba segura que esta fuera mi mejor decisión, pero por ahora me parecía correcta, por lo menos por un tiempo, o quizás para siempre, deseaba que no nos habláramos ni nos buscáramos.

-Me hubiera gustado que nos conociéramos en otras circunstancias- me dijo Francisco.

-Creo que todo hubiese resultado igual- respondí.

-Quizás, nunca lo sabremos.

Aun no quería colgar, por ello empezamos hablar sobre diversos temas.

-También me hubiese gustado que nos conociéramos en otras circunstancias- le dije cuando nos despedíamos.

- ¿En serio? - sentí de su parte algo de emoción.

Nos deseamos lo mejor y nos despedimos, sin saber si sería un hasta luego o un adiós definitivo.


Día 1


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